Como lo informa hoy El Mercurio (A 18), la parlamentaria demócrata ha propuesto gravar en un 1% los televisores y videojuegos para financiar una programa que ayude a controlar la obesidad. Esta propuesta, evidentemente, se yergue sobre la presunción de que la televisión y los videojuegos son causantes de la obesidad o, cuando menos, coadyuvan en su configuración. Pero esto no puede ser más que un prejuicio muy extendido o, a lo sumo, una coincidencia: en ABC News se afirma que hay estudios respaldando la medida, pero no están citados allí. Y si bien la falta de actividad física es una posible causa de la obesidad, no es la única y no está en directa relación con la televisión y los videojuegos. El destino del dinero recaudado sería un programa para educar adecuadamente acerca de cómo evitar la obesidad, lo cual no deja de ser apropiado; pero esto no obsta que su origen está mal focalizado, puesto que se presume una relación directa con factores que, como mucho, podrían alguna vez —en circunstancias excepcionalmente desfavorables— llegar a encontrarse lejanamente asociados. Sería mucho más apropiado gravar los alimentos con alto contenido grasoso, aunque esto podría considerarse injusto —al igual que el impuesto sobre televisores y videojuegos— por establecer una desventaja arbitraria frente a otros productos similares y, además, podría no recaudar los 4 millones de dólares anuales que se pretenden con el impuesto sobre televisores y videojuegos. Aún así, gravando los alimentos y productos de consumo grasosos sí se estaría atacando directamente una fuente de obesidad, no como en el caso de los televisores y los videojuegos.
Según informa ABC News, el proyecto sería presentado mañana en el Congreso estadounidense.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario