Domingo 13 de Enero de 2008
14:50
DPA
BRUSELAS.- Un adolescente belga de 15 años jugó literalmente hasta la muerte al popular y violento videojuego "World of Warcraft", que lo condujo al coma, informa hoy el diario "Het Nieuwsblad op Zongag".
El joven Benjamin, de 15 años y oriundo de La Louvire, necesitó casi un día en el hospital hasta que volvió en sí. "Soy un adicto", reconoció al diario "La Capitale".
"Normalmente juego hasta las cuatro o las seis de la mañana y sólo entonces me voy a dormir. Pero a veces juego toda la noche", señaló. Y para combatir el sueño, bebe litros de café y Red Bull.
Este adolescente afirma haber encontrado en los videojuegos la seguridad y el control que le faltan en la vida real. "Cuando uno juega, puede prever y controlarlo todo", dijo al diario.
También se ha dado cuenta de que los videojuegos se han convertido en una nueva droga para los jóvenes, "aunque a muchos todavía no les afecta".
También su madre, que cría sola a cinco niños desde que perdió a su marido en 2006, ha aprendido la lección después de lo sucedido a su hijo. "He intentado muchas veces apartar a mis hijos de la computadora, pero se volvían agresivos", declaró la mujer, que se ha propuesto actuar de forma más enérgica en el futuro.
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Leí esta noticia, pero tuve que aguardar hasta hoy para poder comentarla.
Regularmente, en los medios nacionales no aparecen noticias sensacionalistas que afecten la fama de los videojuegos en un sentido negativo; pero aquí está una excepción que no podemos pasar por alto.
Haciendo un análisis morfosintáctico elemental, descubrimos que "que lo condujo al coma" es adjetivo de "popular y violento videojuego 'World of Warcraft'". Esto quiere decir que fue el videojuego lo que provocó el coma: un caso insólito para la medicina, sin duda, puesto que nunca antes se había escuchado que algún videojuego fuera capaz de ocasionar ese tipo de efectos. ¿Acaso algún suicida lo considerará como una opción para quitarse la vida? De paso, se califica como "violento" al videojuego citado (como si esto incitara aún más el estado comatoso) sin explicarse —ni entenderse— el origen de tal apelativo.
Las declaraciones del adolescente también parecen dirigir la atención sobre el videojuego como responsable del incidente. Y, además, se aprovecha de culpar a los videojuegos por los problemas psicológicos que afectan al jovencito.
El verdadero problema, obviamente, no es informado aquí: este chiquillo se sometió a una serie de sesiones excesivamente largas en frente del computador mientras consumía bebidas estimulantes. Independientemente de que haya estado jugando videojuegos (y específicamente "World of Warcraft"), Benjamin habría sufrido igualmente el coma producto de la exigencia a la que se estaba sometiendo. La acusación que ha caído sobre los videojuegos en esta ocasión forma parte de aquella línea informativa que tiende a satanizarlos como productos culturales intrínsecamente perversos capaces de ocasionar muchas complicaciones psicológicas y ahora también físicas, comprometiendo incluso la vida de los jugadores. Es admisible pensar que muchas veces estas acusaciones son más bien producto de una forma de pensar colectiva que se ha impuesto en nuestra comunidad y esto nos estimula a ser más comprensivos con quienes avalan las evaluaciones como las manifestadas en esta noticia como la copié desde
EMOL e incluso con quienes las divulgan; pero no nos exonera (más bien nos obliga todavía más) de corregir oportunamente esas ideas erradas en torno a los videojuegos.
Es importante, pues, ponderar este tipo de noticias de acuerdo con lo aceptablemente lógico y con el sano escepticismo de cualquier hombre razonable, porque de otra manera estaremos cayendo en un engaño (que probablemente es inocente) y en una corriente ideológica que se deja llevar más por impresiones que por hechos verificables objetivamente.