Durante la primera mitad de este año, establecí aislados y breves contactos con Roberto Fuentes, Secretario de la Comisión de Economía, Fomento y Desarrollo de la Honorable Cámara de Diputados de la República de Chile, que estudia el Proyecto de Ley que regula la venta y arriendo de videojuegos a menores de dieciocho años y exige control parental a consolas. A través de esos contactos, traté de conseguir una cita con la Comisión, que se reúne semanalmente los días martes, pero su agenda implicaba otras actividades y yo tuve que partir hacia Canberra. De modo que no fue posible entablar esta cita finalmente, a pesar de la buena disposición y recepción mostradas por Roberto. Él me señaló, en un mensaje remitido el 16 de junio, que le remitiera por escrito mi opinión acerca del Proyecto de Ley. Por ese entonces, ya tenía escrito el documento que publiqué recién el pasado 13 de noviembre en este mismo blog. Pero este día olvidé lo que me había dicho Rodrigo en junio y, consecuentemente, no le remití una copia de mi informe hasta el día de hoy. Me excusé invocando la distracción que me contrae la investigación académica por ahora, puesto que sinceramente creo que no debería haber olvidado un detalle tan importante y gentil a la vez.
Era justo que hubiese remitido el texto a Rodrigo el mismo día que lo publiqué o incluso antes, pero cometí la torpeza de olvidar sus palabras. Aún así, espero estar corrigiendo mi error al haber remitido hoy este documento en lugar de no enviárselo nunca.
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